Kilpisjärvi. No sé si alguna vez habías escuchado este nombre, pero te aseguro que, una vez lo conozcas, se quedará contigo para siempre. Porque hay lugares que no solo visitas: hay lugares que te transforman. Y este rincón remoto, al norte del norte, a más de 400 kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico, es uno de ellos.
Viajé a Kilpisjärvi en abril, del 6 al 10, como parte de un FamTrip profesional. Éramos un grupo de 12 personas, y aunque la mayoría no nos conocíamos al inicio, en pocos días pasamos de ser desconocidos a sentirnos parte de algo mucho más profundo. Compartimos emociones, risas, silencios… y esa conexión difícil de explicar que nace cuando te enfrentas a la belleza más cruda de la naturaleza. Nos acompañaron dos grandes profesionales y mejores personas: Gina y Miriam, de ICARION, que con su experiencia, conocimiento y simpatía, supieron guiarnos por esta aventura de la mejor forma posible.
Kilpisjärvi es, en muchos sentidos, el corazón de la Laponia auténtica. Lejos de los circuitos turísticos habituales, aquí todo es más puro. El aire es más limpio. El tiempo se mueve más lento. Es el lugar perfecto para reconectar contigo mismo, con la tierra, y con la esencia del viaje.
Durante nuestra estancia vivimos experiencias que nos marcaron. Una de las más emocionantes fue la excursión en trineo tirado por perros árticos. No, no son huskies, aunque mucha gente lo piensa. Son perros criados especialmente para la vida en estas condiciones extremas: fuertes, resistentes, nobles y absolutamente apasionados por correr. Sentir cómo el trineo avanza en medio del bosque nevado, solo con el sonido de los patines sobre la nieve y la respiración de los perros, es algo que no se olvida.
Otra de las experiencias más especiales fue la visita a una granja de renos gestionada por una familia sami. Los sami son el único pueblo indígena reconocido en la Unión Europea, y su cultura, ligada estrechamente a la naturaleza y a la cría de renos, es uno de los tesoros de esta región. Allí aprendimos sobre su modo de vida, su cosmovisión, y tuvimos la oportunidad de alimentar a los renos y dar un paseo en un trineo tradicional. Es un encuentro real y respetuoso con una forma de vida que lleva siglos adaptándose a este entorno.
También hicimos una ruta en moto de nieve que nos llevó por lagos helados, bosques inmaculados y paisajes abiertos que te hacen sentir pequeño ante la inmensidad de la naturaleza. Es una de esas actividades que mezcla aventura, adrenalina y contemplación, porque aunque vayas a buena velocidad, no puedes evitar detenerte de vez en cuando para admirar el paisaje que te rodea.
En cuanto al alojamiento, tuvimos la suerte de conocer tres lugares muy diferentes, pero todos con mucho que ofrecer. El primero, y sin duda mi favorito, fue Rakka Kilpisjärvi. Este hotel combina diseño moderno con una calidez increíble. Cuenta tanto con apartamentos totalmente equipados —ideales para familias o estancias largas— como con habitaciones dobles de diseño que son simplemente espectaculares. Grandes ventanales, madera, textiles suaves, y una atmósfera de calma absoluta. Si tuviera que recomendar un lugar donde dormir en Kilpisjärvi, sin duda sería este. Puedes ver más en su web: www.santasrakka.com.
También nos alojamos en Cahkal Hotel, un hotel boutique con un estilo más elegante, muy bien cuidado y con un enfoque muy claro en el bienestar del huésped. Las habitaciones son modernas, acogedoras y ofrecen vistas alucinantes a las montañas. Su restaurante, Aika Kitchen & Bar, apuesta por el producto local y la cocina de autor, y es un plus si buscas una experiencia gastronómica en tu viaje. Más info: www.cahkalhotel.fi
Y por último, visitamos el Tundrea Holiday Resort & Restaurant, una opción muy completa para familias o grupos. Ofrece desde cabañas tradicionales hasta suites con sauna, y su restaurante también tiene una carta variada y bien adaptada al entorno. Una muy buena alternativa si viajas en grupo o buscas algo más espacioso y funcional: www.tundrea.fi
Ver auroras siempre fue uno de esos sueños que llevaba años en mi lista. Y por fin, en abril, las vi danzar sobre el cielo helado de Laponia. No se me va a olvidar jamás.
Pero no todo fueron actividades programadas. Uno de los grandes regalos de este viaje fueron los momentos espontáneos. Como cuando, tras una cena, salimos a jugar con trineos bajo una nevada intensa, riéndonos como niños. O cuando, siguiendo la tradición finlandesa, nos metimos en la sauna y luego salimos a revolcarnos en la nieve, entre gritos, carcajadas y esa sensación de estar vivos que solo los contrastes extremos pueden darte.
Todo esto lo hemos recogido en un vídeo que puedes ver en nuestro canal de YouTube. Está grabado con el corazón, intentando mostrar no solo lo que hicimos, sino lo que sentimos. Porque Kilpisjärvi no es un viaje más: es una vivencia que se queda contigo.
Puedes verlo aquí:
Y si después de leer esto te han entrado ganas de vivirlo por ti mismo, en LaKu Travel ya estamos trabajando para llevarte hasta allí. Diseñamos viajes personalizados, reales, responsables… y sobre todo, memorables.
Kilpisjärvi te espera. Y créeme: vale la pena llegar hasta el final del mapa.